Cuando me pidieron hacer el Reportaje de Comunión de Álvaro, lo primero que pensé fue: «¡Genial, no tendré que recorrer media Navarra!». Huarte-Uharte, ese rinconcito lleno de paseos con árboles, un merendero coqueto y un puente que que cruza el río Arga, fue el escenario perfecto para capturar momentos para el recuerdo.

¿Lo mejor de todo? El lugar está más o menos bajo control. Sé dónde la luz se cuela mejor entre las ramas y cómo usar el puente como telón de fondo para unas fotos que dejan con la boca abierta. Y ahí estaba yo, cámara en mano, listo para contar una historia a través de las imágenes.

Álvaro, el protagonista del día, es un pequeño explorador al que le brillan los ojos cuando habla de su pasión: el Titanic. Cada rincón del lugar se convirtió en su escenario imaginario. Eso sí, al principio estaba algo tímido, como si el objetivo fuera un iceberg gigante que tuviera que esquivar.

Pero poco a poco, el hielo se derritió. Entre disparo y disparo, me contó secretos sobre barcos, aventuras y alguna que otra historia que, por supuesto, se quedarán entre nosotros. Al final, lo único que faltaba era un chaleco salvavidas para sumergirnos del todo en su mundo.

Con todas las fotografías realizadas, Álvaro, su madre y su padre crearon un álbum de recuerdo que es una auténtica joya. Las imágenes seleccionadas cuentan la historia de aquel día, desde su mirada curiosa hasta las risas más genuinas. Además, los recordatorios que diseñaron fueron el toque final para compartir con familia, amigos y hasta con los compañeros del colegio.

Saber que esas fotos estarán presentes en un día tan especial, acompañando la celebración de su primera comunión, es algo que me llena de orgullo. ¡Un recuerdo que perdurará en el tiempo!

Reportajes de Comunión

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