Preparar una boda implica tomar mil decisiones. Ceremonia, banquete, invitados… y también el fotógrafo. No es un trabajo fácil y queréis que todo salga perfecto.

Y además, las fotografías son casi lo único que quedará de vuestra boda una vez que los invitados se hayan marchado. Después del estrés, los nervios y preparativos, os daréis cuenta de que las fotografías van a ser vuestro recuerdo para toda la vida.

Un reportaje que os emocione y con el que os sintáis identificados. Unas fotografías únicas que capten vuestra forma de ser y que no dejen escapar nada.

Para lograr el Reportaje de Boda con el que soñáis, la confianza con vuestro fotógrafo es fundamental. Si vais a poner el día más importante de vuestra vida en mis manos, lo primero es conocernos, charlar, que me contéis vuestros planes y veáis el trabajo que realizo.

Disfruto explicando mi filosofía como fotógrafo, pero sobre todo me gusta escucharos. Los protagonistas sois vosotr@s y el reportaje debe reflejarlo. No hay prisas, podéis hacerme todas las preguntas que queráis porque cuanto más hablemos antes de la boda mejor sintonía habrá en el gran día.

El día de la boda sucederán mil cosas, pero podéis estar seguros de que siempre estaré en el lugar adecuado. Uno de los rasgos que distingue a un Fotógrafo Profesional, es que tiene la experiencia y la visión para captar cada instante especial, incluso aquellos que a vosotros se os pasan por alto. Mi cámara estará siempre lista para vosotr@s.